martes, 3 de mayo de 2011

Licencias

Te llamo otra vez,
porque no lo dije todo
o creo que lo dije mal.
Y me escuchás, 
con ese silencio que me anula,
porque me recuerda que no sé qué pensas
y puede que sólo estés esperando que me calle.

Confieso duda.
Acepto estupidez.
Hago agua en un discurso que ni yo entiendo, 
cuando no hace falta más que ser sincera
(suicidamente sincera de ser posible)
y decirlo, gritarlo despacito, sin miedo.

Te quiero, darling

Hoy me tomo licencia,
no pienso
y te cuento que anoche me dormí extrañándote.

1 comentario:

Ale dijo...

+



Todas las distancias son cortas cuando las nada otro. Extrañá, para eso son las noches.

(:




Ale.-