Doblaste en esa esquina sin mirar atrás.
Yo me quedé inmóvil un buen rato,
mientras sentía un nudo en el estómago
que me estrangulaba y me partía en dos,
y me daba cuenta (impotente)
que no podía hacer nada para que te quedes conmigo
en esta ciudad tan húmeda, tan gris.
Te fuiste adeudando dos besos y medio,
con la promesa de olvidos y recuerdos
que me ayuden a armar un presente más tolerable,
y un futuro que me aterra y excita,
porque tiene tu nombre escrito en cada letra.
¿Vas a volver?
eso me pregunto mientras intento recordar que tengo que mover los pies,
porque la luna se cae del balcón de una Julieta sin Romeo
y quiero estar en mi cama,
para soñarte mucho, hasta cansarme.
Ojala me despierte con un mensaje tuyo,
que diga: Yo también.
Te quiero tanto darling
que a veces me olvido que no puedo sin vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario