sábado, 21 de mayo de 2011

Idas

Doblaste en esa esquina sin mirar atrás.
Yo me quedé inmóvil un buen rato,
mientras sentía un nudo en el estómago
que me estrangulaba y me partía en dos,
y me daba cuenta (impotente)
que no podía hacer nada para que te quedes conmigo
en esta ciudad tan húmeda, tan gris.

Te fuiste adeudando dos besos y medio,
con la promesa de olvidos y recuerdos
que me ayuden a armar un presente más tolerable,
 y un futuro que me aterra y excita,
porque tiene tu nombre escrito en cada letra.

¿Vas a volver?
eso me pregunto mientras intento recordar que tengo que mover los pies,
porque la luna se cae del balcón de una Julieta sin Romeo
y quiero estar en mi cama,
para soñarte mucho, hasta cansarme.
Ojala me despierte con un mensaje tuyo,
que diga: Yo también.

Te quiero tanto darling 
que a veces me olvido que no puedo sin vos.


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