Te fascina especular,
encontrar una respuesta para esto que no entendemos
y que sigue creciendo
(tan silenciosamente que asusta).
Pero es imposible,
no pierdas noches enteras
ni tardes de siesta.
Dejate convencer por mis enredos,
y juguemos con reglas no escritas
que surgen de besos imprudentes,
de silencios provechosos
y paseos a las dos de la mañana
por esa callecita vacía.
Quereme darling,
yo te enseño.
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