"Será que se te nota, nene"
Sí, se te nota Darling, desde la mentira hasta la verdad más suicida. Porque no tenés otro filtro que no sea mi paciencia y el tiempo que se va cuando estamos en alguna plaza y es tarde, hace frío, y uno de los dos se levanta (sin ganas) para ir a dormir solo. Pero alguna noche, tal vez, nos sorprendan el silencio y las horas que se congelan, porque bastante soledad nos consumió estos meses, y es hora de ser felices.
Yo me quedé sin voluntad para seguir detentando lo que no es, y tengo unas ganas irreverentes de ser sincera conmigo y ser débil, terriblemente débil con vos. Para poder decirte te quiero sin culpa, mirarte de más, darte un beso sin permiso, cuando nos vean y cuando no, cuando me sienta ansiosa y me sonrías con esa sonrisa que para el mundo.
Sí, se me nota Darling, que estoy pensando en vos y en mí, en las estaciones que nos restan y en las que ya pasaron al placard. Pero no me importa que se note, y por eso te escribo, para convencerme de eso y salir a buscarte, para mandarte un mensaje de esos tan impropios de mí, tan dulces que apenas si contestas me 2.
Somos algo impreciso, diferido, raro. Todavía nos cuesta eso de los roles, de las convenciones, de lo que es mejor no decir. Jugamos a los colonizadores en plena calle, y nos miramos con la certeza de lo que queremos, que no está claro y poco nos importa, pero que cuando se discute siento que realmente se nos nota, algo pasa entre nosotros dos.