desde esa puta promesa,
y todavía ninguno grita
mientras se arranca las ganas
de la espalda
de las manos.
¿Hasta cuándo?
pregunta alguien,
esperando que de pronto despertemos
y todo sea diferente,
o como siempre,
tan parecido a como era antes
cuando la lluvia nos caía bien
y no contábamos el tiempo.
Hasta que cumplas
responde otra,
respondo yo,
mientras el vidrio se empaña
y la sangre se corta,
mientras empieza el día quince
y busco la cura
para esta jaqueca que parte.
Negociación.
Impasse.
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