miércoles, 6 de julio de 2011

Falling

Cerré los ojos y salté,
desde tan alto que todavía me dura el vértigo.
Y así, sin ver,
caí en el frío de la ciudad
que ataca huesos y bufandas.
Pero no me importó,
porque tenía las manos enredadas
y los pies plantados en el suelo,
mientras te atacaba con la fuerza
de la noche que se asoma
y no quiere irse.
Cerré los ojos y salté,
jugando a los encuentros invernales,
para terminar chocando con vos
en medio de un bocinazo.

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