Fue puta. Digo que fue puta porque ahora es chica bien, pero era de las buenas. Se entregaba y besaba aunque el tipo oliera a cigarrillo y noche agria, aunque la cabeza se le partiera y tuviera ganas de dormir. Pero ese tiempo pasó, y ahora se sienta a la mesa con esa otra puta reprimida, la cuñada que la detesta por envidia de lo que nunca va a disfrutar.
Se miden con la mirada. La reprimida se atraganta con la comida, y la chica bien sonríe sobradora. Sonríe porque nota el calor en su marido mientras le acaricia la entrepierna, y también por la cara envenenada de su cuñada. Por suerte hace mucho que aprendió a ignorar esas boludeces para intentar rebajarla, cuando en realidad estaba por encima de mucha gente que se decía honrada.
Hoy se sienta a la mesa con el pelo atado y una remera bien cerradita, que apenas deja que se le vea el cuello. Pero si soltara la lengua, y le contara cómo le gusta a su hermanito verla hecha una puta, como el día que la conoció. Así, bien despeinada, con la boca roja y el pecho descubierto, para que él la bese con ganas.
Esa noche lo trató maravillosamente, hasta que el pobrecito dijo basta. Pero ella no paraba, porque era de las buenas, y no se cansaba. Cuando terminaron, dos, tres o siete veces después, él no podía dejarla. Así que volvió todas las semanas, se envició. Y cuando empezó a pensar que otros también la tocaban, y que podría ser tan buena con ellos como lo era con él, decidió llevársela.
La presentó a la madre, a la hermana con pretensiones de monja, a las cenizas del padre que están en el comedor. La sentó a la mesa, vestida como chica bien, pero con la lengua de toda una puta; bien afilada para la mina que la envidia, bien compradora para el tipo que la desea.
El bocado pasó, y la cuñada abrió la boca para decir algo, pero se calló rapidito. Se levantó indignada de la mesa cuando su hermano besó a la puta mientras susurraba: "acabé". Y escuchó, claro que escuchó, porque estaba enfrente de ellos con los ojos atravesando la mesa, adivinando lo que pasaba ahí abajo.
Silencio. Risas.
La madre se disculpa con la chica bien, su hija está sensible, el novio la dejó y se fue con una cualquiera.
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