jueves, 9 de junio de 2011

Abrir archivos

    "Hoy te pido que me escuches, porque tengo ganas de que hablemos hasta tarde. En realidad no sé exactamente por dónde empezar, y la primera línea me está costando horrores. 
     Tal vez necesites saber qué me impulsa a escribirte, y sólo puedo aventurar una explicación... te estoy necesitando en mi vida otra vez. Y no quiero, te aseguro, dejar que esto crezca o pretenda hacerse de mis pensamientos. Porque me gusta monopolizarlos, censurar las sonrisas que me puedan derrocar de mi propio auto-gobierno.
     Pero últimamente, quién sabe por qué, estoy perdiendo territorio y poder. Cuando me tocás (seguro sin querer, seguro sabiendo qué provocás), yo te sonrío, bien tonta, bien inocente. No pedís permiso, y avanzás sobre la paz armada que tanto costó construir. Es tu culpa si estalla la guerra, darling, estás avisado.
     Sigo, como una especie de satélite fiel e insondable, rondándote. Y vos seguís brillando  como un foquito fluorescente, como ese que me parte la cabeza cuando quiero dormir. Porque cuando estoy pensándote no puedo parar, y suelo venir acá, a escribirte cartas y archivar besos.
    No te imaginas la cantidad de cosas que esperan por vos. No sólo tengo una carpetita de besos a punto de estallar, sino otras tantas llenas de caricias, para darte abajo de las sábanas. Guardo cuidados especiales, para este invierno que promete películas francesas  y juegos de sobre-sueños. 
   Y vos estás tan lejos. ¿Ya te lo había dicho no? Podrías venir un poco de este lado, a donde da el sol y el tiempo se mide en te quieros. No quiero ser cursi, no quiero extenderme. Pero soy cursi y me extiendo, porque sos lo más lindo de esta ciudad, y no quiero que te eclipses con el sol de otoño.
  Te quiero darling, siempre termino en lo mismo. No creo que deje de hacerlo nunca, porque es de esas cosas que me salen bien naturalmente. Paso horas recolectando tus sonrisas, y te cuento algo, hace mucho no te veo feliz.
   Volvé a ser el chico que pide abrazos, ese que espera el te quiero dicho de pronto, sin razón. No te pierdas en faldas que te ciegan, y en recuerdos que empañan tu ruta. Acelerá, porque esto de ir tan lento me está mareando, y es hora del cambio. Es de noche, y es nuestra hora, salgamos a caminar".

No hay comentarios: