sábado, 12 de marzo de 2011

Sobre desvelos y olvidos

   "La noche me pesa en los párpados que, aunque cansados por las horas de desvelo, no aceptan que es momento de ceder. Me mantienen despierta, mientras vos dormís hace ya dos lunas y media. Me gustaría poder tener tu capacidad de olvido forzoso, pero aún no conseguí imitarte, y por eso hoy (y ayer, y mañana) me toca pasar la noche escribiéndote.
  Mi cuerpo está agotado, pero mi mente no quiere darme tregua. Va de un recuerdo a otro, esquivando esos que me dan puntadas en las costillas, y deteniéndose en los que me hacen sonreír. Vuelve una y otra vez, insistente, a tu nombre. Yo me alejo corriendo, con la puta conciencia de que no es eso lo que quiero. 
 ¿Cómo puedo mantener la voluntad cuando no puedo parar de pensar en vos? ¿Cómo puedo atrofiar mi memoria y disecar los recuerdos? Contame, explicame, tomate el tiempo del recreo para hacerme entender. Porque no puedo seguir batallando, y si pierdo, perdemos los dos.
 Borras mis mails, me devolvés esa película que te presté, creo que hasta conseguís olvidar de qué color tengo los ojos. Pero te mando un mensaje, diciendo que te extraño, y me respondes un escueto "me2" ¿No es tan fácil el olvido no?
 Quiero dormir, pero no paro de dar vueltas en la cama, enredando los pies descalzos en las sábanas. Quiero dormir, y soñar que estás conmigo, que me queres, que la confusión fue pasajera, y que todo va a estar bien. Pero no, los párpados me hicieron un piquete y se rehúsan a darme ese onírico respiro.
 Odio quererte tanto. Odio que me duela en el cuerpo extrañarte así. Odio tener tu voz grabada en el medio de la sien, tan clara como si estuvieras adentro de mi cabeza. Odio que no te importe, y duermas ahora hace tres lunas completas.
 Mi cama se vuelve enorme, un desierto de soledad y canciones tristes. No puedo dejar de temblar, las sábanas están heladas. Ahí donde debería estar tu espalda, desparramé las entradas del cine y la carta que nunca te mandé. Creo que así me siento más acompañada.
 La noche me pesa, me asfixia, se ríe de mí y me da la espalda. Te veo soñar en blanco y negro, con diálogos en mute y el reloj al revés. Te veo zambullirte en la farsa de la desmemoria, y me siento orgullosa de mí. Yo sigo sintiendo, sigo apostando, sigo saltando al vacío sin seguro. Yo todavía te quiero."

No hay comentarios: