de mal de ojo
de impaciencia
de tantas ganas de marcar el punto
de encuentro de dos miopes.
Podemos seguir complicando con sueños la realidad,
hacerla tan nimia hasta aplastarla,
quedarnos con el banquito de plaza
la noche que se estira
el mundo mudo y ausente,
solodosalfiles
y un juego sin reglas.
Podemos, sí podemos.
Te quiero.
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