Suena y suena la cancioncita,
esa que tarareaste una vez
mientras yo me mordía la lengua
y ataba los pies al suelo
para no arrancarte un par de besos.
Sigue sonando,
aunque sea tarde y quiera dormir,
y no pueda porque me atacan las ganas de verte
sin que pueda hacer nada.
Que descanses.
Escape.
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