Salto en el tiempo
en el espacio
en la colección de recuerdos que se amontona
y nos desborda.
Salto (al vacío)
con los ojos cerrados y las espaldas juntas.
Golpe seco
intermitente
que vuelve y vuelve
paraliza
y nos desborda.
Sin pensar caemos,
tan profundo en ese sueño
que nos dormimos entre sábanas de menta
y aspiramos el sabor de tenernos
ayer y hoy,
como hace dos otoños
y un verano,
como hace una veintena
y esta noche.
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