Las ráfagas de dudas son insoportables.
"Si alguna vez tuviera certezas no sería yo". Así arranca, más o menos, la historia de la chica tonta que escribe sobre cosas que le pasan, o se inventa, para tener algo que contar . Creo que la historia sigue con un punto y coma inoportuno, y varios más inoportunos puntos y aparte. Y tal vez culmina con condicionales y futuros imprecisos, pero sólo tal vez.
Las dudas, dice la chica tonta, tienen esa capacidad de hacerte frenar en donde estés, mirar para atrás, para los costados e intentar -torpemente- ver un poquito más allá de esa esquina. No sé qué pensará quien la lea, pero yo particularmente soy propensa a las dudas, si es que tal predisposición existe. No me sale el sí o el no instantáneo, que se dice sin razonar y desde lo más verdadero que tiene uno.
Son insoportables. Sos insoportable. Soy insoportable. Yo y el combo entero de dudas, vos y la falta de visión de las mismas. Tengo dos teorías, no las ves o las ignoras. Espero que sea simple e inocente ignorancia.
Mejor le digo a la chica tonta que no escuche más Sanz y deje de pensar, para que duerma bien y no lo/te piense. Bienvenido septiembre.
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