lunes, 18 de abril de 2011

Miradas

Sí, exactamente así me mirabas,
y a mí me encantaba la forma en qué lo hacías,
porque me abrazabas con los ojos
mientras yo te hablaba de cosas tontas,
de teorías formuladas en desvelo,
de las idas y vueltas de mi buen humor.
Y me escuchabas,
con esa atención de la que me hiciste adicta,
con esa comprensión propia
de quien tiene la misma locura.
¡Bingo! éramos parecidos (lo somos aún).

Yo fui en tu mirada
más de lo que soy en cualquier espejo,
más de lo que podré ser en la boca de nadie.

¿Te encegueciste?
Porque se me vino el invierno encima,
y necesito que me mires una vez más.

1 comentario:

Nuclea Gudiel dijo...

y necesito que me mires... una vez más.