de que te vayas como viniste,
silencioso
sin nombre
con la sonrisa más linda de la ciudad.
De quererte exagerado,
con los ojos y las manos
con la boca y el recuerdo
sin medir cuantos tequiero se dicen en una noche.
De que no me apuestes otra vez,
como hace dos otoños
y una vida,
cuando el silencio nos caía bien
y me sabías de memoria.
No desperdicies mis ganas
no te escapes ni me entregues
que nos quedan varios jueves
y una canción por cantar.
y una canción por cantar.

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