sábado, 26 de junio de 2010

La habitación...


Sentados uno frente al otro sin saber qué decir,
mirándose, devorándose con los ojos...
Él acariciándola con sus pupilas de bronce,
ella temblando ante su roce invisible...

Están ahí, deseandose con cada fibra del cuerpo,
se siente en el aire el sabor de un beso,
se percibe el aroma a dulzura...
¿Por qué no hacen lo que quieren?

Piensan tanto, se imaginan en los brazos del otro,
les corroe la piel un ardor con gusto a cereza...
anhelan tanto revelar lo que pasa en estos momentos
por sus cabezas, por sus venas, por sus bocas...

Ella toma la iniciativa, se levanta y se acerca...
él la observa, no puede dejar de memorizar cada detalle,
se pierde en sus comisuras, en esa arruga traviesa
entre sus ojos...

No lo toleran más...
En el impacto pierden la razón,
simplemente se oyen sus latidos
y el de la habitación...

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