Pero ahora voy sumando besos, incluso cada tanto -para entretenerme- pienso en cuántos caben en una mano. Muchos, muchísimos. Porque nunca alcanzan y siempre pido otro, caprichosa, colgada de tu espalda. Y vos te reís de mi imprudencia, de mis hormonas, de los veinte que parecen diez.
Es cuasi mágico saberte del otro lado, con esa sonrisa que vale lo que no tengo, queriendo estar conmigo igual que yo. A veces adivino lo que vas a decir, porque es algo que yo estaba esperando que dijeras, y me río de tus chistes malos y esa manía tan linda de querer verme feliz. Lo estoy.
De vez en cuando me quedo mirándote, callada, y no te lo podés creer. En esos breves minutos de paz, pienso en la existencia del destino, en como decidí buscarte, en lo determinante del primer beso, en tu abrazo que me devolvió el alma al cuerpo. Antes andaba vagando por ahí, un poco golpeada y solitaria, y no tenía intenciones de volver conmigo y mi nostalgia. Pero fue un remedio infalible sentirte tan cerquita, con tu olor a verano y el calor que irradias sin darte cuenta. Sos un sol, mi sol personal.
1 comentario:
No sé cómo te lo montas, Bibiana, pero tus textos me absorven por completo, me encuentro identificada en ellos... me encantan =D
Precioso, hermosisimo.
Gracias =)
Publicar un comentario