Calor en los ojos, en las manos, en la espalda
puntadas deliciosas (como agujas, como estrellas) que nos hacen tambalear.
Caemos... uno sobre el otro,
primero yo
después vos
después vos
de nuevo yo.
Se estira el partido y nadie se ahoga,
gritamos soledades humilladas a besos
"el mejor exorcismo es con sexo" dijiste, y te creí (y te aprendí).
Me duele la piel
el lunar escondido en el cuello
la caricia que hoy me sobró.
No me sueltes.
No me dejes.
El otoño está cerca,
vigilante,
y espera su momento.
Quedate conmigo, darling.
Tu soledad me hace mucho bien.
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