lunes, 17 de enero de 2011

Te ama.

Mastica la nostalgia, que sabe a metal y se adhiere en la lengua. 
Afuera llueve, en la casa truena. 
Lee tus cartas, una por una, ahogándose en los te quiero. 
Se detiene en tu nombre, mientras lo abraza con la mirada. 
Su memoria se rebela, y se ensaña con un beso. 
Sangran los recuerdos. 
Diluvia.
 En medio de la tempestad, todo se vuelve claro:
 la necesidad la consume, hasta el punto de quitarle el habla y la libertad.
 Te ama.

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