domingo, 28 de noviembre de 2010

Soledad

La espuma del café se diluye,
mientras dobla una servilleta hasta gastarla.

Mira por la ventana y
se distrae con el murmullo de las diagonales.
Parpadea nerviosa.
Junta las manos.
Vuelve a la espera con una sonrisa torcida.

Los minutos le pesan en los hombros hundidos
y agotada, paga el cortado.

Se levanta,
echa una última mirada a la puerta dormida
y deja sobre la mesa,
igual que ayer y mañana,
un papel con su nombre,
                                      sin besar.

*Taller de poesía. Clase 7

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