"No aprendemos más, insistimos con a misma jugada sabiendas de que siempre terminamos perdiendo. Admito cuanto me gusta esta prueba y error constante, que suele acabar en error. Es como una tendencia auto-destructiva que infecta mi sistema.
Si estas cerca mío todo el control que presumo tener se evapora. Quedo tan a la deriva, simplemente te sigo como si fuera tu satélite. Te contemplo y siento como la sangre se me alborota. Es algo bochornoso, créeme.
Es difícil para mí hablar de mis pensamientos. Son tan confusos. Ni yo los puedo comprender a veces. Entiendo que quieras saber lo que pasa por mi cabeza, pero debo decirte que funciona en una onda bastante extraña. No se que tan listo estés para entender.
Todo lo que yo siento por vos es sumamente intenso, avasallante, un desvarío puro y llano de mi corazón. No es nada tangible, nada que pueda ocultar bajo la almohada. Convivo con ello y soporto las consecuencias. No imaginas cuantas sonrisas de cartulina me has visto lucir, cuando en realidad estaba a punto de desmoronarme.
No aprendemos más. Yo no aprendo más. Apuesto muy fuerte. Me quemo con fuego. Me lanzo al vacío. Te presto mis sueños.
Ahora es cuando siento que razoné demasiado, cuando borro estas palabras y te vuelvo a llamar. Y se que nada me importa cuando estoy con vos. Se esfuma todo menos nosotros dos".

No hay comentarios:
Publicar un comentario