Con esta insistencia que tanto me caracteriza, insisto.
Lo intento otra vez con resultados catastróficos y aterradores.
No aprendo de mis errores, los acumulo y los potencio,
y con el tiempo increíblemente consiguen ponerse peores.
Mucha necedad la mía, repitiendo el trago amargo.
Demasiada insania, llevándome a un frío letargo.
Repienso mis decisiones. Siempre confusas. Apresuradas.
Tomadas con el corazón en un puño,
y con la sangre caldeada...
Vértigo en el alma. Silencio en mis pupilas.
Sólo busco calma y justificar la mentira.
No quiero insistir más. No quiero encontrarte otra vez.
Letra por letra me voy a despedir de tu nombre,
hasta que en un momento no pueda recordarlo más...
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