Fijamente y a los ojos,
duramente y a la boca,
anhelante y con antojo,
fascinada y como loca.
Me descubrí naufragando en tus pupilas color ámbar.
Hipnotizada.
Curiosa por su tibieza.
Intrigada.
Con su tono en mi cabeza.
No entendía.
No quise ver tal vez
cómo me atrapabas,
cómo me soltabas
y cómo de repente,
sin querer,
me hacías otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario