"Un último beso" rogué mientras contenía el llanto. Sabía que era un pedido estúpido y que sólo me lastimaría más. Pero he notado cuan inconscientes nos volvemos cuando estamos enamorados. Nada importaba, sólo un último beso.
Me tomó el rostro entre las manos. Dudaba, lo veía en sus ojos. Se mordió los labios. Respiró sonoramente. Me observó fijamente. Esperaba de seguro que yo me echara atrás, pero no lo haría. Siempre fui demasiado terca.
Se acercó lento. Sufrí en cada segundo que lo sentí venir a mí. Sabía bien que cuando al fin me besara todo acabaría. Reprimí un grito. No podía tolerarlo. Cerré fuerte los ojos como si así pudiera retrasar las cosas.
La presión que ejercía en mi cara se hizo más pronunciada. Sentí la tibieza de su contacto. Dulce y efímero. Un último beso selló el adiós.
No abrí los ojos hasta que sentí su ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario