jueves, 14 de febrero de 2013

De felicidades mías

Con tus besos se ríen mis piernas 
se ríen y cantan
cantan versos largos
(tan largos como tus besos)
y se mueven eléctricas pisando baldosas flojas
esquivando el aire
dibujando almohadas.
Con tus besos me falla el equilibrio
la memoria, la dicción
dóndeestoyparada pienso
y te miro
te miro de cerca y nos convertimos en los 
                               cíclopes de Cortázar
en un único ojo que todo lo ve
que todo lo siente.
Mis piernas largan la carcajada
cierro los ojos
aprieto las manos
los dientes
el alma que se me sale de adentro
y descubro, maravillada,
mi propio Aleph en tus ojos
la infinitud de vosconmigoyoconvos
condensada en una mirada.

lunes, 11 de febrero de 2013

Detrás de las nubes


Desde las nubes algo anuncia tormenta, viento y granizo, la clase de evento meteorológico  que desata la furia de conductores y transeúntes. Desde más allá alguien se refugia debajo de un techito.
Era un murciélago embarazado ese bulto atrás del tacho de basura, negro y viscoso se movía al ritmo de las primeras gotas y de los pies chapoteadores. Un relámpago ilumina su ojitos saltones y hace foco en su vientre hinchado. El refugiado no se inmuta ni hace nada por proteger a esa minúscula familia. Simplemente, como todos, espera que pase la tormenta.
Cuando volví a mirar ya no era uno, sino dos los seres a la intemperie”, le cuenta el hombre al primer alma que se le cruzó post temporal. “Pero tengo miedo de volver a buscarlos”, dice con culpa, “aunque debería”. Manos en los bolsillos. Y así esconde la mirada de su interlocutor, se aprieta los dedos, putea bajito.
El cielo sigue oscuro y hay varios autos abollados. El ex refugiado ahora culposo piensa en el destino de las criaturas, se horroriza seguro de que el tacho no pudo protegerlos demasiado. Entonces escucha que viene un rumor tenue desde las nubes, un viento aclarador; y más allá el lamento mudo de cuatro ojitos cerrados.

La infancia


Se refugia en el techito ese de allá. El frío le duele hasta bien adentro, sube desde los pies desnudos y pega el grito en el pecho. No llora, aprieta los dientes y el alma en sincronía, pero no llora.
Hace meses asumió que esa era su vida, que no podía hacer más que correr bien lejos cuando todo empezaba y, en lo posible,  también cuando ya se iba a terminar.  Siempre era lo mismo, un concierto infinito de gritos chillones, de gritos graves, fuertes, lacónicos, lastimeros. Y un golpe, y otro, y uno más por las dudas, para que entienda ella, para que te calles vos.
El techito susurra el consuelo que nadie le da, el niño que ya no es niño se sienta en el suelo. Todos pasan sin notarlo, es invisible, una foto perdida de una vieja polaroid, la marca del cuerpo húmedo que nadie podrá identificar. 

domingo, 10 de febrero de 2013

"Un abrazo"

Que tu abrazo agrande el mundo 
que abra ventanas 
que construya balcones
que caliente el aire
que avance por mi espalda
que, sinquererqueriendo, provoque la tormenta antes de la paz.


Una sonrisa muy linda anda abrazándome mucho,
y cada tanto me gusta decirle gracias.