siendo la causa primera y última de todas las cosas
la palabra sanadora y el silencio que acompaña.
Seguís conmigo, con las que fui y las que seré,
interpretando y viviendo sueños que empiezan en la almohada
y terminan a miles de kilómetros en un pueblito del norte,
en una laguna blanca,
en un vino de alta montaña.
Seguís maravillándome en las charlas de horas y horas,
en los abrazos que me vuelven entera,
en los #holahermosateextrañé.
Y yo sigo dejándome amar, feliz.
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