cuando me abrazaste y lo dijiste
cuando dijiste
que me querías.
Te deseé la primera noche,
respirabas fuerte
me mirabas
me mirabas
y supe que me iba a quedar con vos.
Supe también que me habías cambiado,
que jugabas a hacerme otra
con las manos
con el sexo
con las palabras justas.
Y te deseé
desde aquel entonces
con cada beso y cada gesto,
desde el dolor de la necesidad
y el alivio del reencuentro.
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